La comunicación no verbal es la forma más antigua de comunicación de los seres humanos. Antes incluso de que aprendiéramos a expresarnos con palabras, la expresión corporal era la principal herramienta para trasladar una emoción, una orden o una advertencia.
Fue, de hecho, un proceso cognitivo crucial sin el cual no hubiera sido posible el paso hacia el lenguaje verbal. Ahora, tras dos años de pandemia en los que las mascarillas han pasado a ser el principal complemento facial, están saliendo a relucir los efectos que está provocando en el aprendizaje de los más pequeños el hecho de interactuar con media cara cubierta.
«A los niños de la pandemia les está costando más empezar a hablar»